martes, 25 de octubre de 2011

Mad world.

                                                         

Maldito elefante neurótico. Me arrebataste de aquella manera mi última bolsa de pastillas y aún esperas que perdone tu desvergüenza.
Sal de aquí o patearé tu gordo trasero hasta que sudes la última gota de ron. Y comunica a mi mujer que este mes no hay dinero para sus inútiles sesiones de belleza.
Nelly, espabila, o tendré que cantarte el cumple años feliz a través de tu maldito ataúd.

Vamos, vamos.


                                                                            In 'ur mouth

2 comentarios:

Sir Lothar Mambetta dijo...

Una hermosa escena cotidiana (?). Como la vida misma.
¡Tremendo comienzo, Canvas!

Tendremos que usar el cerebro... aunque sea como ingrediente principal de nuestros platos.

Un beso.

Elvis dijo...

Estoy intentando imaginarme cómo es un elefante neurótico... Seguramente tenga los pelos de punta... el elefante, yo no tengo pelo...
Saludos.